Apuesto que muchas veces han escuchado el término micromachismo, incluso, con tan solo oírla, podrás tener una idea de a qué se refiere. La palabra lleva aproximadamente 29 años circulando en el movimiento feminista y fue acuñada por el psicoterapeuta Luis Bonino Méndez. Se utiliza para señalar pequeños comportamientos naturalizados por la sociedad que tienen como fin imponer el dominio y mantener la “superioridad” del “rol masculino” en el día a día. Con esto nos referimos a aquellas acciones que pretenden perpetuar el machismo de una forma bastante discreta.
Existen dos bandos que critican el término, el primero menciona que pretende minimizar acciones que claramente son violentas, graves y podrían representar un riesgo importante para las personas. Y el segundo se trata del movimiento anti feminista, que considera que los micromachismos son sólo una forma de las mujeres para “victimizarse” lo último claramente no vale la pena explicarlo.
Mucho se sabe de los micromachismos que pueden darse en la dinámica heterosexual, pero muy poco de los micromachismos que las personas y parejas LGBTIQ pueden perpetuar en la cotidianidad. Mucho menos entre mujeres lesbianas o bisexuales. Por ello, hoy pretendo englobar todos esos comportamientos que hemos normalizado en el colectivo y que seguimos reproduciendo, sin caer en cuenta que son machistas y violentan a las personas que nos rodean. Todo esto con la finalidad de “ser las amigas que nos damos cuenta”, ponerles un alto, y dejar de reproducirlos.
- Querer tener el control sobre la sexualidad de otras mujeres.
Esta es una de las más comunes en el colectivo y de las más dañinas, tiene como objetivo reprimir, controlar la expresión y la vivencia de la sexualidad de otras. Plagado de pensamientos moralistas y machistas, la persona que practica este micromachismo comete acciones como compartir nudes o información privada de otras mujeres, sintiéndose dueñas de este contenido, cuando claramente no lo son.
También critica a otras compañeras por cómo viven su sexualidad, si tienen muchas parejas sexuales o no, si se encuentran en una relación abierta, si es bisexual, si no han tenido coito, entre otras. Utiliza palabras como: puta, zorra, fácil, confundida, entre otras más, para clasificar los comportamientos que considera “incorrectos”.
Otra manifestación de este micro machismo es la ya conocida frase “se discreta” aquellas que no se sienten cómodas besando o tomando de la mano a su pareja en público, y que por consiguiente llegan a molestarse cuando su pareja quiere tener una de estas acciones para con ella. Son las que critican a otras compañeras lesbianas por llevar el cabello muy corto, verse “muy masculinas” o no lucir “como mujeres”.
Por último y la más común consideran que el rol en el coito y la pareja debe ser rígido y proporciona cierto grado de superioridad. O eres pasiva o activa, y si eres pasiva eres menos que aquella que se reconoce como activa. Incluso el llamar a otra pasiva puede considerarse como una burla, u ofensa.
- Aprovecharse del rol de “activa” o “cuidador”
Este va de la mano con el primero, cuando en la pareja una se identifica como la activa puede perpetrar acciones machistas en contra de su pareja por tratar de cumplir este rol.
Uno de los varios ejemplos que quiero mostrar es querer comportarse como un “caballero” el abrirle la puerta a tu pareja, cambiarla de lugar al ir caminando en la calle, cargar su mochila o su bolsa, entre otras que estoy segura que conocen.
Aunque parecen inofensivos, estos comportamientos como trasfondo tienen la idea de tener que cuidar a una mujer, pues “no puede cuidarse ella misma, y necesita una parte masculina que la proteja”. Por otro lado la que ocupa el lugar como pasiva puede aprovecharse de esta situación, esperando que la que es más masculina en la relación pague todo al salir, la acompañe a su casa, le abra la puerta o le cargue sus cosas.
Otro ejemplo, y que puede tornarse un poco más oscuro es querer controlar cómo se viste tu pareja, prohibirle usar tal falda porque “es muy corta”, no dejarla usar maquillaje, ropa pegada o blusas escotadas, es un comportamiento que además de ser violento, vienen plagado de un trasfondo machista. De igual forma el querer controlarla a través del dinero o querer invalidar sus emociones, hacer comentarios como: “las princesas no lloran”, “las viejas se enojan por todo”, “todas las mujeres están locas” son acciones que debes dejar de tener si no quieres seguir violentando a tu pareja.
- Creer que todas las mujeres están obligadas a desearme/ quererme
Por último y la más sencilla de todas, pensar que a todas las mujeres debes serle atractiva, y que tienen que sentirse halagadas ante tus “atenciones” que en realidad son acoso. El acosar a otras chicas, decirles piropos en el antro, comentar constantemente sus fotos en redes sociales con comentarios desagradables, o victimizarse porque te dejaron en la friendzone y hacer comentarios como “se hace la difícil”, “es muy apretada”, “es bien mamona” son micromachismos que no sólo se dan en los hombres heterosexuales, también en las lesbianas.
Después de leer esto te invito a hacerte un autoexamen ¿Alguna vez has perpetrado alguno de estos micromachismos? Probablemente la respuesta sea sí, todas alguna vez hemos tenido actitudes así para con otras mujeres, como mencioné al principio la cualidad de estas acciones es que han sido normalizadas por la sociedad, y son tan sutiles que es muy difícil darte cuenta que están mal. Por ello acércate a tus lenchitas de confianza y abran el diálogo a este tipo de temas, trabajen para que estos comportamientos sean erradicados del colectivo y podamos relacionarnos de maneras más sanas. Recuerda que el primer paso es aceptar.
Si tienes más dudas sobre el tema te invito a consultar las fuentes que utilicé para realizar este texto:
https://psicologiaymente.com/social/micromachismos
https://www.homosensual.com/lgbt/lesbianas/6-actitudes-machistas-que-tienen-algunas-lesbianas/
http://pmayobre.webs.uvigo.es/pop/archi/profesorado/pablo_rama/micromachismos.pdf
Por Renatta Zavala
A Falta de Pan 