El clóset familiar: Cuando la autoaceptación no es suficiente.

Algunos LGBTIQ+ han tenido la fortuna de ser aceptados por su familia, sin embargo no todos hemos contado con esa suerte. Esto me ha puesto a pensar ¿En qué grado nos afecta el no sentir apoyo por parte de nuestros padres? ¿A caso esto nos posiciona en alguna desventaja a nivel emocional? La respuesta pareciera casi obvia, pero me gustaría ahondar en lo que dice la ciencia, y un poco en mi experiencia, tanto personal como la de mis amigos y familiares. 

¿Qué dicen las investigaciones?

Para empezar me puse a buscar qué datos existían al respecto, algunos estudios revelan que dos de cada cinco personas de la diversidad sexual no son aceptadas por su familia nuclear (padres y hermanos). Esto quiere decir que el 40% de las personas LGBTIQ+ no son aceptados por sus familias. Parece sólo un número, pero si contemplas la dimensión que este problema conlleva, y si lo has vivido, podrán venir a tu mente imágenes de situaciones nada agradables.

Fuente: Pixabay

Entre los datos revisados encontré que la mitad de las personas LGBTIQ+ sufren discriminación y violencia en el seno de su propia familia, esta suele ser expresada de manera física, psicológica e incluso sexual. Además, para el sector que si es aceptado por su familia, muchas veces esta “aceptación” es un proceso que acostumbra iniciar con la negación, el odio, y la violencia. Sí, a su debido tiempo viene la aceptación, pero antes de que esta llegara costó experiencias realmente traumáticas. Además muchos psicólogos mencionan que si en el proceso la persona prefiere mejor invisibilizar su orientación sexual, esta aceptación jamás llegará.

En un estudio realizado en 2015 por Pichardo y de Stéfano se encontró que entre los factores de riesgo que este rechazo provoca es que los gays, lesbianas, bisexuales, etc en comparación de quienes sí se sienten respaldados por sus familias existen hasta 8,4 veces más inclinación hacia el suicidio, una propensión 5,9 veces mayor a sufrir una depresión y una exposición 3,4 veces mayor al consumo de drogas ilegales y a las conductas sexuales de riesgo. Este es uno de los datos que noté más se repite en estudios con personas LGBTIQ+ que han sido rechazados por sus padres. Problemas de salud mental como la depresión y el suicidio aumentaron significativamente a raíz del rechazo familiar.

La realidad de aquellos que no somos aceptados.

La historia de mi salida del clóset es muy larga, y quizás en otra ocasión se las cuente. Pero el proceso me ha tomado años de sangre, sudor y lágrimas. Vengo de una familia muy conservadora y católica, y la noticia es algo que no los hizo muy felices. Para Barrientos y Cárdenas, la cultura que envuelve a familias como la mía, es heteronormativa y homofóbica, manifestándose en aspectos como: autoritarismo, conservadurismo valórico, conservadurismo político, roles de género tradicionales, sexismo, religiosidad y actitud negativa hacia el feminismo. Este era, y en parte sigue siendo mi pan de cada día.

Debido al gran impacto que tuvo en mí la reacción de mi familia ante esta situación, se me pidió y preferí esconder mi sexualidad. Durante mucho tiempo le mentí a mi mamá a dónde iba y con quién salía, tuve que presentar a algunas novias como amigas (aunque al final la verdad siempre sale a la luz), y salir con alguien para mi representaba un cuidadoso plan analizando todos los posibles fracasos para no ser descubierta por mi madre.

Con el tiempo y la terapia eso cambió, perdí el miedo a aceptar delante de mi mamá quien soy, sobretodo a defenderlo, sin embargo por acuerdo mutuo a veces omito detalles de con quién hablo o salgo. Para mi mamá, a pesar de los años la aceptación nunca llegó y tal vez nunca llegue, incluso hace no mucho era un tema que no podía tocar con ella. Ella sabe que soy lesbiana, incluso conoce a dos de mis ex parejas, pero la esperanza de que un día por arte de magia me haga heterosexual no va a desaparecer

Estoy consciente y he hablado con ella de que jamás podré presentarle a alguna novia, y no la puedo llevar a las reuniones familiares. Hemos acordado que prácticamente esa parte de mi vida yo no la hablo, y ella tampoco se mete en ella. Incluso se me ha pedido que no lo exhiba con la familia, o en redes sociales. Y aunque estoy tranquila con eso, no significa que no me gustaría que fuera diferente. 

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No le daría a esta situación tanta importancia si no la hubiera vivido en carne propia, si no la hubiera visto en mis seres queridos, si no estuviera consciente del daño que hace. Muchos de mis amigos y conocidos que tuvieron que decir la incómoda frase: “Mamá, papá, soy gay” fueron rechazados, algunos tuvieron que huir de casa, otros fueron amenazados y manipulados, y otros por ahorrar problemas, tienen que permanecer en ese clóset familiar en contra de su voluntad. Muy pocos de mis amigos tienen la felicidad de poder llevar a su pareja a casa, y de hablar del tema sin ocasionar la tercera guerra mundial en sus hogares.

Salir del clóset en una sociedad conservadora.

Compartir tu orientación sexual es algo complejo, más en latinoamérica. Silva (2018) menciona que a los latinos en general se les enseña a buscar ante un conflicto la guía de un sacerdote, o un miembro de la familia y en ningún caso hablar con un profesional para buscar orientación, esto genera muchísima desinformación y debido a esto el rechazo que se experimenta por parte de los miembros de la familia lo afecta negativamente: la vergüenza, la culpa y el sufrimiento contribuye a incrementar los ya altos índices de depresión, aislamiento y pensamientos suicidas.

Me ha tocado presenciar la salida del clóset de muchos seres queridos, incluso de familiares, y para ninguno les aseguro que ha sido una situación agradable, hubo momentos donde hasta mi cabeza rodó por tratar de ayudarlos y bueno, las amenazas y mentadas de madre no faltaron. He visto cómo la gente que quiero llega hasta odiarse, a experimentar crisis terribles, y desear su propia muerte,  todo gracias a la reacción de sus padres al enterarse que son gays, lesbianas, bisexuales, etc.

Muchos de mis tíos y tías han escondido su sexualidad por temor a ser juzgados, es un secreto a voces, pero ellos por la época en la que vivieron y razones personales jamás han podido expresar con libertad quienes son realmente. Prácticamente yo soy la única que abiertamente se ha declarado lesbiana. Y no me imagino el dolor y la tristeza que debe ser tener que vivir en ese clóset por tantos años.

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Al descubrirnos vemos esta situación como un problema a resolver, cuando debería ser todo lo contrario, todo esto por el enorme contexto de homofobia social y familiar en que nos desenvolvemos. Para empezar al salir del clóset ni siquiera contemplamos a la familia como los primeros receptores de la noticia por miedo al rechazo, son los amigos quienes reciben primero la información. 

Y es que históricamente la familia tradicional ha sido guardiana de las normas que aseguran la heteronormatividad, y tiende a suprimir a los rebeldes de la heteronorma por medio de la homofobia. Silva (2018) menciona que la homosexualidad de un hijo o hija trunca el equilibrio de la estructura familiar, y genera en sus padres sentimientos de pérdida, conjugados con sensaciones de culpabilidad y negación. Esto no nos suena ajeno a la realidad, todos sabemos la crisis que conlleva el aceptar tu sexualidad en casa.

Luis Perelman y Rinna Riesenfel, fundadores de “El armario abierto son profesionales que se dedican entre muchas otras cosas al apoyo de padres de familia con hijos LGBTIQ+ aquí en México. Durante su trayectoria mencionan los padres pueden hacer de sus hijos los más felices o los más desdichados. Cuando la familia es un apoyo y no un obstáculo, las circunstancias se pueden encarar y superar. Además enfatizan la importancia de que los padres tomen orientación para formarse en el desarrollo de habilidades y competencias socioemocionales que estimulen el desarrollo de sus hijos. Para ellos la respuesta de los padres es de crucial importancia, pues esto ayudará a la futura adaptación social “la familia podrá constituir un factor de riesgo perturbador o un facilitador beneficioso en este proceso”.

Al sobrevivir nos hacemos resilientes.

No podemos enfocarnos sólo en los aspectos negativos de esta situación. Si bien es cierto, de las situaciones más complicadas podemos sacar puntos positivos, y de eso trata la resiliencia. Algunos de los estudios que revisé resaltan que a raíz del complicado proceso que se atraviesa la población LGBTIQ+ desarrolla y tiene un mayor nivel de resiliencia (capacidad de sobreponerse a las adversidades) a comparación de sus contrapartes heterosexuales. Además, en el caso de las lesbianas ellas cuentan con una mayor cantidad de redes de apoyo a comparación de otros jóvenes. Por último, los amigos toman un lugar central en la superación de esta crisis, los jóvenes LGBTIQ+ generan relaciones más sólidas y sanas con sus pares.

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Resulta increíble que aún en 2020 los chicos tengan que salir del clóset, que sea una situación que no pueda aceptarse con la naturalidad que conlleva. Y la dimensión de este privilegio es algo que muchos heterosexuales aún no logran comprender. Como sea, esto no se trata de victimizarse, si no de hacer conciencia de la importancia de seguir en esta lucha contra la homofobia, y de crear espacios de apoyo y comprensión para los jóvenes LGBTIQ+ que son rechazados por sus familias. Es nuestro deber seguir trabajando desde nuestra trinchera para erradicar el daño que llega a hacer el clóset familiar, nos lo debemos y se lo debemos a los que vienen.

Por Renatta Zavala

Referencias:

https://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=noticias&id=683&id_opcion=237&op=448

https://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/12/29/medicina/1230543854.html

http://www.scielo.org.co/pdf/psico/v21n40/0124-0137-psico-21-40-00321.pdf

https://www.researchgate.net/publication/297593669_Proceso_de_aceptacion_que_experimentan_padres_y_madres_de_hijos_homosexuales_ante_el_conocimiento_de_la_orientacion_sexual

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4318519/#R34

https://eprints.ucm.es/34926/1/Diversidad_y_convivencia_2015_FINAL.pd

https://elarmarioabierto.com.mx

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