No les vamos a ceder ni un cachito de calle

En este punto, después de un año que iniciara la cuarentena más larga ever, ya la gran mayoría nos hemos acostumbrado a escuchar que una infinidad de dinámicas han cambiado, se han adaptado o incluso han dejado de existir: trabajo, escuela, salidas, cumpleaños, conciertos y demás.

Hay, sin embargo, una que me parece particular y a la que quisiera dar foco el día de hoy: las marchas (o acciones en general que implican la toma del espacio público).

¿Por qué? Para empezar porque el 8M está en puerta y es posiblemente una de las marchas donde se juntan más mujeres para exigir diversidad de cosas que nos encaminan a una vida digna.

Pero además de esto, a nivel personal, la toma del espacio público me parece un ejercicio por mucho necesario. Me refiero a estos momentos donde cientos o miles de morras se encuentran gritando, bailando, cantando, haciendo performance o solo caminando cada una con su propio cartel.

Imagen: Bryna V,

¿De qué sirve esto? Generamos redes, aprendemos de las luchas de las otras, visibilizamos nuestras exigencias y sobre todo, nos abrazamos entre nosotras, ya sea en un sentido literal o figurado, es un espacio en el que sabemos que no estamos solas en esta lucha que hemos elegido, que lo que nos atraviesa le atraviesa también a la compañera que se encuentra al lado.

Y todo esto al final nos da valor y nos hace más fuertes.  

Por razones personales que se resumen en que vivo con dos mujeres que son poblaciones de riesgo y porque ora sí que #VivasNosQueremos yo he decidido no salir a marchar. Sin embargo, se que si viviera sola en este punto lo haría. Pienso también que hay muchas formas de resistir, pero ese espacio también lo hemos recuperado y como versa la consigna: NO LES VAMOS A CEDER NI UN CACHITO DE CALLE.

Con esto en mente, quise darle el espacio a la reflexión de unas morras que sobre todo saben de qué va la toma del espacio público: Las batucadas feministas. Y bueno, existen varias en México que le dan sabor a las marchas pero en esta ocasión la pregunta ¿Por qué sales a marchar este año aún con el contexto de pandemia? se lanzó a la Batucada Hijas del Maíz (Tlaxcala) y a la Batucada Lenchamanas (Puebla).

Pony, Lenchamanas de El Taller Nahualas

“Salgo a marchar este 7M, por lo efímera que es la vida; porque no me puedo quedar en casa mientras la violencia machista sigue cobrando más vidas que el Covid y la impunidad sigue tan latente como siempre. Salgo este 7M a abrazar desde la distancia, a hacer redes, latir, gritar, bailar con las otras y otres para hacernos más fuertes”.

Imagen: Archivo AFdP

Bala, Hijas del Maíz

“Para mí marchar este 8M, a pesar de la pandemia, significa muchísimo, ha sido un año muy caótico e incierto, tengo miedo, miedo de contraer COVID y más aún de contagiar a mi familia, pero me causa más miedo ser sobreviviente del COVID, poder volver a salir a la calle post pandemia, y seguir sintiendo miedo de no poder caminar a salvo por el simple hecho de ser mujer. Es innegable que salir a marchar es un riesgo, pero como dicen por ahí, el que no arriesga, no gana, y vamos a ganar, el patriarcado se va a caer.

Ámbar, Lenchamanas de El Taller Nahualas

“Saldré a marcha este 7M porque es necesario que hagamos presencia, que hagamos ruido, que vean que aún con pandemia seguimos luchando. Salgo a marchar este 7M porque es importante visibilizar lo diversxs que somos, porque acompaño otras luchas que siempre nos han apoyado, porque todxs merecemos un espacio donde sentirnos apoyadxs, porque juntxs nuestra lucha hace más ruido, incomoda más a esta sociedad mocha poblana, porque les demostramos que aquí estamos y no nos iremos hasta que las injusticias se acaben. Salgo a marchar porque extraño a mi compas, extraño verles gritar, bailar, cantar, verles esa rabia que se transforma en consignas que provocan que el piso tiemble y las paredes resuenen. Marcho porque las injusticias no paran, las violencias que ejercen en nosotrxs no se acaban, porque  “la policía no me cuida, me cuidan mis amigas”. Marcho porque estoy harta, enojada, molesta de ver cómo todos los pinches días salimos con miedo a no regresar, porque estoy harta de vivir así. Marcho porque entiendo que de un día para otro las violencias e injusticias no desaparecerán pero si todxs juntxs salimos y hacemos ruido, les mostramos que nuestra rabia es más fuerte que nuestro miedo, y seguiremos exigiendo todos los días de nuestra existencia poder vivir segurxs.”

Imagen: Giselle L.

La Mounstra do Pará, Hijas del Maíz

“No le tengo miedo al covid le tengo miedo a morir asesinada. Necesito que, quien intentó estrangularme y el Estado que me ignoro, se burló de mí y hasta me tachó de violenta, ambos me vean fuerte y junto a otras que me van a defender como yo a ellas. Salir a las calles, hacernos visibles, que nos vean juntas y organizadas, fuertes y que vean lo que somos capaces de hacer eso es autodefensa y se trata de hacer cosas para sobrevivir. Hoy escuché que dijeron eso de asignar espacios y quién puede tomar el espacio público es nuevamente estrategia y decisión del Estado, ellos dicen quien si puede salir en pandemia las empresas a producir dinero y quiénes no podemos solo xq no se les pega la gana y es verdad. O cuáles razones son legítimas para salir trabajar para comer y ya… Para mí la lucha junto a otras y en espacio público, que ha sido negado a las mujeres históricamente, es algo vital y primordial. Por eso los festis son en la calle.. Dónde sea que me sorprenda el covid y la muerte bienvenidos sean siempre que sea luchando por vivir dignamente.”

Judith, Hijas del Maíz.

“Yo marcho este 8M porque durante la pandemia la violencia no se detiene, ha permanecido en las casas, en las calles y pareciera que lo que más importa ahora con con este tema del virus pareciera que pone en “moda” temas de salud, temas de protección con cubrebocas, pero históricamente y actualmente, tanto autoridades como a veces la misma comunidad quiere invisibilizar las violencias que vivimos las mujeres, las violencias que ejercen muchos hombres contra nosotras, las instituciones… y es importante que se visibilice, no solo este 8M, si no que durante pandemia hemos seguido trabajando, no solo visibilizando si no atendiendo la violencia desde las organizaciones civiles porque las instituciones a pesar de que tienen los recursos no actúan, no tienen la capacidad de actuación, no están capacitados ni sensibilizados ante el tema y son a veces quienes primero violentan a las mujeres que van a buscar ayuda. Entonces yo marcho este 8M porque es necesario visibilizar, exigir y seguir exigiendo a las autoridades e instituciones que durante la pandemia la violencia ha continuado y continúa… y se necesita que trabajen y se les haga saber que no estamos calladas, no nos vamos a quedar quietas ante tanta violencia.”

Imagen: Archivo AFdP

Sof, Lenchamanas de El Taller Nahualas.

“Yo decidí salir a marchar el 7M porque el machismo, la misoginia, el lesbo/transodio no  cesan en pandemia. Porque aunque todxs nos tuvimos que resguardar y detener nuestras actividades por la pandemia, el sistema patriarcal de m*erda no se detuvo. Porque como mujeres no sólo estamos resistiendo la tristeza, enojo, desesperación, dolor del COVID-19, además continuamos resistiendo al sistema que continuamente nos niega la existencia. 

También porque pienso mucho en aquellas mujeres que no tienen la posibilidad de ingresar al espacio virtual o que no saben o no pueden acercarse a la manada. Creo que salir a las calles es mostrar que AQUÍ estamos y aquí seguimos, y no nos vamos a ir. Además de que le demostramos a los machines en el poder que no nos hemos ido, y que aunque la pandemia es importante, hacer cumplir y exigir nuestros derechos también lo es, porque no solo nos mata el COVID, también el machismo mata. 

Creo también que muchas necesitamos de ese abrazo colectivo, que si bien será diferente en las condiciones en las que nos encontramos, aún así se siente el apapacho…. Y después de tantas pérdidas, incertidumbre, y el cambio de rutinas tan repentino a todas nos ha afectado de diferentes maneras y creo que es importante sabernos juntas durante toda esta situación. 

Imagen: Archivo AFdP

Y para finalizar me gustaría decir también que estoy cansada de vivir con miedo, vivir con miedo de ser mujer en un sistema de mierda y vivir con miedo ahora de la pandemia es frustrante. La vida no volverá a ser la misma y creo que en colectiva hemos acordado formas de manifestarnos y estar presentes, sin exponernos al contagio… Creo que es importante decir que así como estamos conscientes del virus, hemos creado formas responsables de mantenernos sanas… Y que desde esa responsabilidad conmigo y para con las demás también elijo salir a exigir la justicia que no tendría por qué postergarse. La vida sigue, con o sin pandemia.”

Anónima, Hijas del Maíz

“Pues yo porque, aún en pandemia las desapariciones no paran, ni la violencia contra las mujeres… desafortunadamente. Tons si la violencia contra las mujeres no para tampoco puede hacerlo el feminismo.” –

Violeta, Lenchamanas de El Taller Nahualas.

“Yo decido salir a hacer ruido, porque estoy cansada y harta de que no nos escuchen, mientras México gira en torno al covid y la lucha para que la pandemia acabe, los feminicidios también siguen existiendo todos los días, las desaparecidas siguen aumentando y sólo las ven como cifras, yo salgo a exigir mis derechos y los de las otras, porque al covid le ponen fecha de caducidad, ¿pero al machismo, a la violencia de género, a los feminicidios, cuándo le pondrán fecha de caducidad? Yo salgo a exigir y al mismo tiempo a sentirme acompañada de las otras y otres, por el abrazo por medio de la mirada, de la sonrisa compartida.”

Imagen: Lolo S.

Tras leerlas me viene a la mente esta frase que he leído tanto en nuestros carteles: Nos han quitado todo, incluido el miedo. La probabilidad de contagio está ahí en la marcha, pero también en el mercado, en la tienda, en el trabajo en fin… entendemos el punto. Pero la probabilidad de que nosotras o alguien que queremos sea la siguiente cifra en feminicidio está ahí también y no se nos olvida.

Tan solo el año pasado se cerró con 940 feminicidios registrados, según Milenio. Cifra que es insignificante menor que la de 2019. En un año donde estuvimos en nuestras casas y con una sociedad que nos culpa por salir a la calle, resulta necesario a mi parecer, regresar a una nueva dinámica pero sin soltar el espacio público.

Y bueno, a modo de cierre quisiera que quedara el recordatorio de lo que entendíamos antes del covid y me parece sigue siendo vigente: no juzgar a las mujeres que deciden salir, ni tampoco a las que deciden no hacerlo. Y también recordar que si deciden salir, sumen a las medidas de seguridad las medidas sanitarias.

Y ya que están aquí cuenten ¿Van a salir a marchar? ¿Por qué lo hacen?

Una hija del maíz

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