Body positive: ¿inclusión o utopía?

A lo largo de la historia las mujeres hemos estado atadas a cánones de belleza que al pasar de los años son cada vez más estrictos e imposibles de alcanzar. Afortunadamente a lo largo de la segunda década de los 2000 inició –casi orgánicamente y como una revolución lógica- un movimiento llamado ahora body positive

A estas alturas supongo que la mayoría estamos familiarizadas con el tema y cómo se trata de apreciar distintos tipos de cuerpo, piel, etnias, etc., es por eso que en este texto no me concentraré en decir porqué está bien considerar a una modelo talla 40 para una campaña de lencería, sino en que juntas nos hagamos preguntas y planteamientos acerca de este movimiento, que sin duda está revolucionando muchas industrias.

Comencemos por aceptar que la representación es importante, nos gusta ver en las películas, redes sociales, series y demás a personas que “se parezcan” a nosotras, lo pongo entre comillas porque claro está que el capitalismo siempre hará que esos personajes que vemos, por cercanos que parezcan sean algo a lo que aspiremos. A pesar de eso, siempre es agradable que las mujeres de todas las edades, tipos de cuerpo, estilos, color de cabello, etc., tengan un personaje con el cuál se sientan identificadas.

En cuestión de autoestima ayuda mucho saber que las mujeres que no somos altas, rubias, delgadas –pero no flacas, porque eso también será juzgado- y demás características propias de una Barbie de los 90’s, también tenemos oportunidad de crecer en el mundo de la actuación, el modelaje, la música, etc.

Imagen: RF._.studio

Esto también ha traído otros beneficios quizá menos visibles, pero para las mujeres que nos hemos visto frustradas, envueltas en trastornos alimenticios o que creemos que nosotras estamos mal por no entrar en unos jeans de Inditex, el encontrar prendas que se ajustan a nuestro tipo de cuerpo, que no requieren arreglos especiales por nuestra altura, que expresen nuestro estilo es un alivio impresionante, repercute en nuestra seguridad, en tener una carga menos sobre la espalda y ayuda a que compitamos menos entre mujeres aceptándonos cada una como somos abrazando nuestras cuerpas.

Sin embargo, el movimiento no es la panacea que consigue seguridad, rompe estereotipos y hace nuestros sueños realidad; como todo en este mundo, el patriarcado y el capitalismo encontraron armas para apoderarse de él y hacerlo mainstream –pero claro, a su conveniencia- entonces ahora vemos una versión “inclusiva” de la mujer que sigue igual de sexualizada.

El movimiento curvy y plus size se llenó de mujeres con grandes senos, caderas definidas, largas melenas y una cintura que se siga notando pequeña, vemos a –pocas- mujeres indígenas a las que les resaltan los supuestos atractivos “exóticos”, mujeres de arriba de 40 en lencería pero que su piel es casi de adolescente. No tiene nada de extraño que Playboy junto a otros contenidos y marcas por demás sexistas encontraran la manera de incluir “la diversidad” en su producto misógino.

Otro planteamiento interesante es saber por qué nos empeñamos en hacer de la “belleza” la mayor virtud de una mujer y por qué permitimos que sea la opinión sobre nuestra cuerpa lo que nos haga sentir seguras o capaz de destruirnos. Tal parece que podemos tolerar a las gordas, las morenas, las estrías, el pelo rizado y demás, siempre y cuando sigan siendo sensuales en lo general sino ya no leeremos los comentarios espectaculares en los portales “femeninos” que nos motiven a ser tan seguras como ellas.

Después de ver varios de estos puntos es fácil entender por qué de pronto hubo una buena aceptación a un movimiento que en esencia buscaba abrazar las mil formas en las que nos habitamos, cosa que generalmente la sociedad no acepta sino entra –de una u otra manera- dentro de los sistemas tan arraigados.

Con todo este texto no quiero decir que esté mal apreciar lo que a cada una nos parece bello –ahí está el truco, es lo que a nosotras nos parezca, no lo que nos han dicho que es- sino que es totalmente innecesario basar la valía de una mujer en el físico o en lo bien que encaje en ciertos estereotipos, porque créanme aunque las industrias incluyeran cada vez más diversidad de mujeres, NUNCA nos sentiremos suficientes para llenar los nuevos estereotipos que se van creando, porque en general son inalcanzables.

Por otro lado, nosotras podemos seguir revolucionando, adueñarnos de nuestras características físicas y presentarlas como mejor nos parezca, seguir creando personajes con los que más niñas y adolescentes puedan identificarse, podemos ir construyendo desde nuestras trincheras nuestra propia versión de lo body positive.

Por Yun «FemiNazty»

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